El naranjo
El naranjo es un árbol de tamaño mediano, de tres a nueve metros de altura según la variedad, con copa compacta y redondeada y ramas regulares. Un solo tronco, derecho y cilíndrico, verdoso primero y gris después. Las ramas aparecen a un metro, poco más o menos, del suelo. Las hojas son perennes, coriáceas, de un verde intenso y brillante, con forma oval o elíptico-lanceolada, medianas y alargadas. Poseen, en el caso del naranjo amargo, un típico peciolo alado en forma de corazón, que en el naranjo dulce es más estrecho y menos patente. Este singular detalle sirve para diferenciar claramente, a falta de fruto, al naranjo de su pariente próximo el limonero.
Además, el naranjo dulce tiene espinas más fuertes y numerosas en las ramas. En cuanto a las flores, llamadas azahar, aparecen solitarias o en pequeños racimos durante la primavera, y presentan cinco pétalos blancos, carnosos y muy fragantes.
Como se puede ver, cuando hablamos del naranjo nos estamos refiriendo a dos especies, muy similares en la forma pero muy diferentes en cuanto a su utilización: el naranjo amargo (Citrus aurantium) y el naranjo dulce (Citrus aurantium var. sinensis).
El primero se cultiva sobre todo como árbol ornamental en parques públicos y paseos, o para fabricar confituras. Es la especie más apropiada para utilizar partes tales como las hojas, las flores y para extraer tanto su esencia como la cáscara del fruto. Sin embargo la pulpa del fruto es amarga y agria, no apta para el consumo, excepto como mermelada o confitura.
El segundo es el más apropiado para consumir su fruto, bien al natural o en zumo, por su agradable sabor agridulce. Se cultiva en los regadíos de todo el litoral mediterráneo, pero sobre todo y en grandes extensiones en la huerta valenciana.