El Patio de los Naranjos
En la impresionante Mezquita-Catedral de la ciudad Córdoba, en el sur de España, se encuentra uno de los rincones más encantadores y mágicos que podamos visitar, el Patio de los Naranjos. No podemos dejar de reseñar, que este monumento arquitectónico es el más importante de todo el occidente islámico y uno de los más alabados del mundo entero.
La originaria mezquita, fue construida en el año 786 en el centro de la ciudad, en una época en que Córdoba era una de las ciudades más importantes del mundo conocido. Junto a la monumental obra que supuso la mezquita, al pie de la actual torre catedralicia, se construyó el Patio de los Naranjos, el sahn o patio de abluciones, es decir, donde se lavaban los creyentes para purificarse antes de la oración.
En este monumento, se encuentran los estilos artísticos propios del paso de la historia de España. Empezando por el estilo omeya del Islam, se dan cita aquí también, los estilos góticos, renacentistas y barrocos de las posteriores remodelaciones cristianas.
Concretamente el Patio de los Naranjos, que se encuentra dividido en tres partes, tiene en total 130 metros de longitud por 50 metros de anchura y cuenta con surtidores de agua tanto en su interior como junto a los muros en la parte exterior. Así en el interior encontramos, además de la fuente central, la Fuente de Santa María o Caño del Olivo y la Fuente del Cinamomo, y en el exterior de la mezquita, vemos las fuentes del Caño Gordo y la de Santa Catalina, además del Arca del Agua.
Estas fuentes y todo el entorno del patio, han servido desde siempre para la meditación y de inspiración a multitud de poetas, escritores y pintores, además de ser unas “fuentes de leyendas”; se les atribuían virtudes especiales al agua que emanaba de uno u otro caño.
A lo largo de los siglos, el Patio de los Naranjos, fue sufriendo como el resto de la antigua mezquita, varias modificaciones, ampliaciones y mejoras y en el siglo XVIII se plantaron en hilera, los 98 naranjos que actualmente dan origen al nombre de este patio de tanta belleza y singularidad.
La función principal de este patio en épocas musulmanas, fue el de la purificación para los actos religiosos pero poco a poco llegó a convertirse en un punto de encuentro importantísimo para la sociedad cordobesa de la época y además de su uso primigenio, en las galerías del patio, se creó incluso una escuela para los niños y cuando ya fue ocupado el templo por los cristianos, éstos usaron el patio también como casa cuna para huérfanos y hospital entre otros usos.
Actualmente el Patio de los Naranjos es la puerta de entrada de los turistas que acuden a visitar la Catedral de Córdoba, aquí se ubican las taquillas para poder comprar las entradas. Todos coinciden en que este patio, es una obra de arte en sí, cuna de silencio y perfume a naranja que hace que el tiempo se detenga y nos evoque al pasado. Este espacio se torna después de la ardua visita al interior de la Catedral, en el lugar perfecto donde descansar y donde perderse en la multitud de sensaciones que nos despiertan sus aromas, sus sonidos y su estampa.