Naranjas

Chistes de naranjas

Veamos a continuación algunos chistes o chascarrillos con las naranjas de protagonistas.

De un naranjo lleno de naranjas cayó una naranja al suelo. Las del árbol soltaron una carcajada, pero la que había caído les replicó con dignidad: -Bah, inmaduras.

-¿Qué es una naranja con una capa?
-Supernaranja.
-¿Y un limón con una capa?
-¿Superlimón?
-No. Un limón disfrazado se Supernaranja.

En el “Restaurante Tito”.
-¿Qué van a tomar?
-De primerito una ensaladita y de segundito corderito asadito, todito regadito con un buen vinito, amigito Tito -responde el cliente con guasa- y de postrecito…
-¡Como me pida algo acabado en diminutivo no respondo! -contesta el camarero.
-… ¡una naranjita!
El camarero, fuera de sí, le propina una soberana paliza al cliente. Cuando ve que el cliente de la mesa de al lado le mira horrorizado le espeta: -¡Y usted ¿qué quiere?!
-Na… nada… no tengo apeto.

Un plátano acude a la parada del autobús y se encuentra con una naranja.
-¿Hace mucho que espera? -le pregunta.
-No, yo siempre fui naranja.

-Mamá, ¿las naranjas son transparentes?
-No.
-Entonces he comprado un kilo de bombillas.

-¿Por qué las naranjas no tienen cuernos?
-Porque si no serían TOROnjas.

Un domingo de playa un matrimonio decide alquilar un patín acuático de esos a pedales. Y pedaleando, pedaleando, se acercan curiosos a un yate de lujo en el que se celebra una fiesta. Música, mujeres hermosas, alcohol y en el centro de todo… ¡Paco! ¡El frutero del barrio!
Le llaman a gritos, los reconoce y los invita a subir a bordo.
-Pero, Paco ¿y todo esto?
-Pues veréis, que la historia es muy curiosa: Un día me preguntó una mujer si vendía naranjas peladas. Yo me reí de la ocurrencia, por supuesto, pero luego me lo pensé y decidí probar a ver qué pasaba. Pelé una docena de naranjas y las puse a la venta 50 céntimos más caras. Las vendí en un momento. Al día siguiente pelé dos cajas y las vendí todas, aunque las había puesto 1 euro más caras. Al día siguiente comencé a pelar cajas y cajas. Aquello iba viento en popa. Total, que si no me llega a tocar la lotería todavía estoy pelando naranjas como un tonto.