La vitamina C (2)
La vitamina C o ácido ascórbico es una sustancia necesaria para el crecimiento y desarrollo normales del organismo.
Se encuentra en todas las frutas y verduras, aunque en diferentes cantidades.
Los cítricos como las naranjas y las mandarinas son muy ricos en vitamina C, así como su zumo.
Entre los beneficios de la vitamina C en nuestro organismo, podemos destacar:
• Contribuye al crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo, pues es necesaria para la formación del colágeno, una proteína importante para la piel, el tejido cicatricial, los tendones, los dientes, los ligamentos y los vasos sanguíneos.
• Mejora la visión y ejerce una función preventiva ante la aparición de cataratas o glaucoma.
• Es antioxidante, pues neutraliza los radicales libres subproductos de la transformación de los nutrientes en energía, evitando así el daño que los mismos generan en el organismo.
• Es antibacteriana, por lo que inhibe el crecimiento de ciertas bacterias dañinas para el organismo.
• Reduce las complicaciones derivadas de la diabetes tipo II.
• Disminuye la tensión arterial y previene la aparición de enfermedades vasculares.
• Tiene propiedades antihistamínicas, por lo que es utilizada en tratamientos antialérgicos contra el asma y la sinusitis.
• Ayuda a prevenir o mejorar afecciones de la piel como eccemas o psoriasis.
• Reduce el daño corporal causado por los químicos y contaminantes tóxicos como el humo del cigarrillo.
• Facilita la asimilación del hierro por parte del organismo.
• Es cicatrizante de heridas y quemaduras.
• Aumenta la producción de estrógenos durante la menopausia.
• Colabora con el sistema inmunológico estimulando la actividad de los leucocitos y la creación de anticuerpos.
• Alivia el estreñimiento por sus propiedades laxantes.